La caída al agua de un tripulante en malas condiciones meteorológicas entraña un riesgo considerable por la dificultad de su recuperación a bordo. Mantenernos unidos a la embarcación mediante una línea de vida es un buen método para prevenir este accidente. Pero hay que entender bien sus limitaciones para que no sea más arriesgado que la propia caída por la borda.
El uso combinado del arnés de seguridad y la línea de vida ha levantado mucha polémica en los últimos años. Grandes navegantes han cuestionado su efectividad. Informes muy detallados (en inglés) elaborados por organismos dedicados a analizar incidentes de seguridad (Marine Accident Investigation Branch o MAIB por sus siglas en inglés) han puesto en evidencia las implicaciones fatales de un mal uso de la línea de vida.
Pero que no quepa ninguna duda: un buen uso del arnés de seguridad y la línea de vida es el mejor método para prevenir el hombre al agua o MOB en caso de que sea imprescindible estar en la cubierta o bañera de la embarcación en caso de mal tiempo.
La falsa sensación de seguridad
¿Cuántas veces hemos subido a una embarcación y hemos tenido que rebuscar en la cubierta o la bañera para localizar los escasos puntos de anclaje donde fijar una línea de vida? Habremos pensado con certeza lo peligroso que podría ser realizar maniobras en cubierta con mal tiempo. Y con seguridad habremos localizado todos los puntos donde podríamos anclarnos en caso de necesidad.
Siendo peligrosa la situación anteriormente descrita, mucho más peligrosas son las instalaciones de seguridad que no se mantienen y están totalmente desgastadas por la radiación ultravioleta. O aquellas que se improvisan de cualquier forma imitando el sistema de otra embarcación.
No hay situación más peligrosa que creer que estamos seguros cuando no lo estamos. Inevitablemente bajaremos la guardia aumentando las probabilidades de ser víctimas de un accidente. Y en caso de sufrirlo el riesgo es elevado.
El equipo
En su forma más sencilla consta de un arnés que se ajusta a nuestro cuerpo, al que conectamos una cinta o cabo, denominada línea de vida o también cabo de anclaje. Esta línea termina normalmente en un mosquetón que facilita anclarnos a un objeto fijo de la embarcación y que nos evite caer por la borda.
A partir de aquí existen infinidad de diseños más o menos complicados. Pero no olvidemos su propósito: no caer al mar. Antes de proponer un ejemplo de cómo podríamos configurar un sistema de seguridad me voy a detener en aquellos puntos a tener en cuenta en las diferentes partes del equipo porque han sido objeto de accidentes documentados por el MAIB.
- El arnés
Los diseños actuales cubren bastante bien el problema de los tirones que podamos sufrir en la cubierta del barco (normalmente laterales y desde abajo). Pero los problemas aparecen cuando pese a todos nuestros esfuerzos cae un tripulante al agua y tenemos que hacer esfuerzos desde arriba, para izar al MOB.
– Es recomendable que el arnés tenga algún tipo de cincha hacia las piernas o sistema que evite que el arnés se pueda salir al tirar hacia arriba
– En algunos arneses con chaleco hinchable incorporado, resulta difícil encontrar la anilla desde la que izar al MOB una vez inflado el chaleco (esto se comprueba fácilmente en casa si el chaleco se puede hinchar por un tubo de inflado/desinflado manual)
- La línea de vida
– La longitud de la línea de vida juega un papel crucial para evitar la caída al agua. Si pese a estar anclados al barco llegamos a caer al agua, el sistema no está bien diseñado. Suponiendo que los puntos de anclaje están bien diseñados y dimensionados, hay varias formas de asegurarnos que podemos trabajar adecuadamente en cubierta y minimizar el riesgo de caída al agua:
– Doble línea conectada al arnés. Una más corta y otra más larga.
– Línea de longitud variable. Son más comunes en escalada o trabajos verticales.
– Líneas fijas ubicadas permanentemente en los puntos de anclaje. Es el único sistema de los 3 que garantiza que no caeremos al agua. Volveré sobre este punto más adelante.
– Los cierres o mosquetones
– El tipo de mosquetón que nos fija al anclaje del barco también es importante. Se han documentado fallos en los mosquetones planos al ser sometidos a un tirón importante en una dirección perpendicular a su plano. Se están imponiendo los redondeados, más similares a los utilizados en escalada.

Mosquetón plano de seguridad sometido a fuerte presión lateral
© Marine Accident Investigation Branch
– El mosquetón que une el cabo o línea de vida al arnés debe poder abrirse incluso si la línea de vida está trabajando. En caso de caer al agua y como veremos más tarde, puede ser imprescindible liberarnos de la línea de vida para no ahogarnos. Una alternativa que reduce este problema es que la anilla de fijación del arnés esté en la espalda en lugar de en el pecho
- Los puntos de anclaje
Son fundamentalmente de 2 tipos: fijos (una anilla tipo «D» por ejemplo) o deslizantes (una cinta que recorre la cubierta fijada al barco por sus extremos, un cable de acero, etc.)
– Fijos. A tener en cuenta la fuerza que tienen que soportar para no ser arrancados en caso de sufrir un tirón (ISAF recomienda que deben soportar más de 2 toneladas)
– Deslizantes. El principal riesgo es que pese a estar unidos a uno de ellos mediante la línea de vida podamos acabar en el agua. Los puntos que unen este anclaje deslizante a la embarcación también deben estar diseñados para aguantar tirones considerables, si bien es cierto que la fuerza del posible tirón se va a repartir entre al menos 2 puntos. El textil sufre especialmente con la radiación ultravioleta por lo que habrá que reponerlo periódicamente.
Reflexiones sobre los sistemas de seguridad anti-caída
Vaya por delante que el diseño de un sistema de seguridad de estas características debe venir avalado por el fabricante de la embarcación. El único objetivo de esta sección es reflexionar sobre las carencias de los sistemas actuales y proponer mejoras presentes en otros sistemas que según mi experiencia navegando con ellos aportan ventajas a la seguridad.
Las 2 premisas básicas que debe cumplir un sistema de seguridad anti-caída son:
- Evitar la caída al agua sin provocar lesiones peores que la propia caida
- Sencillez para desplazarse por la embarcación y permitir el trabajo de maniobra en cubierta
Veamos con más detalle los pros y contras de 2 diseños diferentes.
1. Diseño «Tradicional»
Sobre la planta de un velero se muestran como puntos rojos anclajes fijos y como líneas amarillas anclajes deslizantes. Los comentarios se puede extrapolar a otros tipos de embarcaciones.
En este diseño los anclajes fijos los proporciona el fabricante mientras que los anclajes deslizantes los suelen montar los propietarios. Se aprovechan habitualmente las cornamusas presentes en proa y popa para fijar cintas que van desde un extremo a otro de la embarcación. A estas líneas se engancha el mosquetón de la línea de vida para podernos desplazar a lo largo de la embarcación.

Esquema de seguridad anti-caída tradicional
Ventajas
– Tanto los puntos de anclaje fijo como las cornamusas las incorpora el fabricante en el diseño original de la embarcación, lo que garantiza que aguantarán tirones como para sujetar a una persona.
– La colocación de las cintas es sencilla ya que al ser un diseño popular se venden prefabricadas, garantizando la resistencia del material. Sólo hay que ajustarlas a la medida adecuada.
– Facilidad para desplazarse por la cubierta desde popa a proa.
Inconvenientes
– El número de anclajes fijos suele ser reducido. Las zonas habituales de trabajo en una embarcación tipo velero suelen ser proa, mástil y bañera. En la imagen de ejemplo para estar en un anclaje fijo y trabajar en la zona del mástil tenemos que alcanzar la proa. Con mala mar, la proa suele ser una zona expuesta, que es mejor evitar salvo que sea imprescindible. El anclaje de la bañera es adecuado para salir a cubierta ya anclados, pero el radio seguro de trabajo (en puntos verdes) nos impide trabajar próximos a la popa.
– Los anclajes deslizantes, cintas en este caso, no evitan la caída al agua. Se incumple por tanto uno de los dos requisitos o premisas fundamentales.
2. Diseño con anclaje longitudinal en crujía
Sobre la misma embarcación se muestra otro diseño. El número de anclajes fijos ha aumentado y ahora ya proporcionan cobertura a las principales áreas de trabajo en un velero (proa, mástil, bañera). Adicionalmente incluye un anclaje extra que permite salir a la bañera ya asegurados. Los anclajes deslizantes se han reducido a los necesarios para trasladarse de un anclaje fijo a otro, y se han situado en la crujía de la embarcación. En los anclajes deslizantes se deja de forma permanente una línea de vida con la longitud adecuada que impida la caída por la borda.

Esquema de seguridad anti caída evolucionado
Ventajas
– Se diferencian claramente los usos de cada tipo de anclaje: fijos para trabajar, deslizantes para alcanzar de forma segura las áreas de trabajo.
– Ajustando la línea de vida a la longitud adecuada se cumple la premisa de que el sistema impida la caída de un tripulante por la borda. En los anclajes deslizantes se utilizarán las líneas de vida permanentes que garantizan que no podamos caer por la borda. En los anclajes fijos utilizaremos las líneas de vida que llevaremos unidas al arnés.
– Facilidad para desplazarse por la cubierta desde popa a proa.
Inconvenientes
– Si la embarcación no incluye en su diseño original los puntos de anclaje que necesitamos, tendremos que solicitar en fase de diseño o bien posteriormente (a personal especializado) que se incorporen. Los anclajes deslizantes pueden ser también cintas como en el caso anterior.
– La crujía de la embarcación suele utilizarse por los fabricantes (y los navegantes) para múltiples usos, lo que puede complicar el deslizamiento del mosquetón de la línea de vida a lo largo del anclaje.
– Requiere que haya líneas de vida permanentes en los anclajes deslizantes. Lo recomendable en todo caso con el textil es guardarlo al finalizar la navegación y endulzarlo periódicamente para evitar una rápida degradación por el efecto de la sal y la radiación ultravioleta.
Cómo movernos por la cubierta
El mejor consejo es el ya conocido «una mano para ti, otra mano para el barco». Siempre hay que pensar que la línea de vida es un seguro por si cometemos un error. En los desplazamientos por el barco, o durante la maniobra en una zona concreta, la línea de vida debe estar tensa pero no trabajando en sentido estricto. No es un punto de apoyo.
Suponiendo que tenemos una línea de vida corta y una larga unidas al arnés, un desplazamiento desde el interior de la embarcación hasta la proa en el último diseño comentado (línea de anclaje en crujía) sería como sigue:
- Unir la línea larga de nuestro arnés al punto de anclaje más próximo en la bañera. Debe poder hacerse desde el interior sin tener que pisar la bañera.
- Salir a la bañera y liberar un mosquetón de la línea de vida fija del anclaje deslizante que hay entre el palo y la bañera. Unirlo a la anilla de nuestro arnés. En este momento estaremos unidos a un anclaje fijo (bañera) y otro deslizante (palo-bañera)
- Liberar la línea larga de nuestro arnés del anclaje de la bañera y desplazarnos agarrándonos a algún punto fijo de la embarcación. Estaremos unidos al anclaje deslizante palo-bañera
- Una vez alcanzado el palo, utilizamos la línea larga del arnés para unirnos al anclaje fijo del palo. Liberamos entonces la línea de vida del anclaje deslizante. La dejaremos accesible para usarla cuando tengamos que hacer el recorrido en sentido contrario hacia la bañera.
La reflexión es que en todo momento hemos estado unidos a la embarcación por una o dos líneas de vida, sin posibilidad de caída por la borda. Es más engorroso que el sistema «tradicional», pero es seguro.
Si ocurre la caída al agua y estamos unidos a la embarcación
En caso de caída al agua de un tripulante unido por una línea de vida al barco hay que actuar con rapidez. Tenemos menos de un minuto antes de que el MOB muera ahogado. Los pasos a seguir son:
- Detener inmediatamente la embarcación. Esta maniobra debe realizarse muy rápido y debe durar lo mínimo imprescindible ya que sin arrancada la embarcación quedará sin gobierno.
- Recuperación del MOB. Hay que localizar la anilla de su arnés que permite su izado.
- Recuperar la arrancada y con ella el gobierno de la embarcación
- Atender al MOB
Si no somos capaces de detener rápidamente la embarcación el MOB empezará a sufrir síntomas de ahogamiento. Si esto sucede, lo más seguro para el MOB es liberarse de la línea de vida. Pero para poder hacerlo se necesita que la unión del arnés a la línea de vida sea con un cierre que aunque esté sometido a presión se pueda liberar. Un ejemplo son los cierres tipo Wichard.
La situación será crítica porque ni es fácil liberarse de una línea de vida cuando nos estamos ahogando, ni las perspectivas una vez liberados son mucho mejores. Por este motivo es crucial asegurarse de no poder caer al agua si estamos anclados.
Conclusiones
La línea de vida sigue siendo la mejor solución para evitar el MOB. Pero para garantizar que no caeremos al agua en caso de cometer un error debemos conocer la instalación de seguridad y dominar su uso. No demos nada por hecho. Cuestionemos todos los elementos de la instalación antes de hacernos a la mar: material propio, instalación a bordo de los anclajes, su mantenimiento y la calidad de sus componentes. Asegurémonos de que en caso de resbalón o caída en cubierta el sistema completo funcionará y nos retendrá evitando la tan temida caída por la borda.
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