Superado el momento de conmoción inicial, hay que actuar con rapidez pero sin precipitación, y decidir cómo vamos a aproximarnos al MOB.

Ya repasamos hace tiempo en esta entrada la importancia de la coordinación de la tripulación tras la caída de un tripulante por la borda (MOB, del inglés Man Overboard). También hablamos en esta otra entrada de tecnología que nos puede ayudar para conocer la ubicación del MOB. La siguiente fase en una maniobra de recuperación es cómo aproximarnos al MOB.

En esta entrada voy a hacer dos suposiciones para que no sea demasiado extensa y complicada. En primer lugar, supondremos que conocemos la ubicación del MOB, bien sea porque le veamos o porque tiene un dispositivo que permite su localización desde el barco del que cayó (p.ej. un emisor de señal AIS). Si no fuera así, habría una fase previa de búsqueda, que la desarrollaré en otra entrada. La segunda suposición es que vamos navegando en un velero. Aunque trataré el tema del motor, para embarcaciones exclusivamente a motor hay técnicas de aproximación específicas.

Factores previos a tener en cuenta

La maniobra de aproximación al MOB no es una maniobra sencilla. La podemos haber entrenado cientos de veces, y sin duda esa experiencia nos ayudará. Pero hay varios factores que condicionan mucho su ejecución:

  • El MOB puede suceder en condiciones de mar y viento diferentes a las habituales de entrenamiento de la maniobra. La realidad es que pocas veces entrenamos con tiempo duro, por el riesgo a roturas de material.
  • La responsabilidad que implica estar en juego la vida de una persona (muchas veces un familiar próximo) si no ejecutamos bien una maniobra pesa mucho, y puede llegar a aturdir al patrón o skipper y a la tripulación.
  • Cuando el patrón es el MOB, se plantea un problema muy complejo que puede verse agravado si la tripulación no es la habitual y no ha participado en algún entrenamiento del MOB.
  • El conocimiento de la embarcación y cómo se comporta en diferentes condiciones de viento y mar es fundamental para una maniobra como esta. En muy conveniente que cuando patroneemos una embarcación diferente a la habitual (un chárter por ejemplo) adquiramos un rápido dominio de la misma: cómo se comporta navegando en los diferentes rumbos y con las combinaciones de vela que permita, capacidad de maniobrar con el motor y electrónica de a bordo que nos pueda ayudar en el caso del MOB. Y todo esto, no sólo el patrón. También otro tripulante al menos, para el caso en el que el patrón es el MOB.

Maniobras de aproximación al MOB

Hay muchas formas de aproximarse a un MOB, unas más ortodoxas que otras. Más allá del empleo de una maniobra u otra, lo importante es llegar al lado del MOB con la velocidad controlada. Por tanto, toda maniobra que nos conduzca a este objetivo será buena.

La ventaja de conocer maniobras concretas es que las podemos repetir una y otra vez. La repetición es una buena receta que ayuda en momentos de bloqueo.

Antes de entrar en el detalle de las maniobras, es procedente comentar que el MOB se puede producir en cualquier rumbo. En las ilustraciones he elegido el rumbo de ceñida para simplificar las representaciones. Pero lo importante es entender las maniobras para poder adaptarlas a la realidad.

La vuelta de ocho

Es probablemente la maniobra más conocida, porque se explica en las primeras etapas de aprendizaje de la vela ligera. Su principal virtud es que evita realizar una trasluchada, que en ciertas condiciones de viento y mar puede ser intimidante. Como inconveniente, para poder eludir la trasluchada, se aleja más del MOB. Uno de los grandes riesgos que tenemos en esta maniobra es perder de vista al MOB. También al alejarnos más, tardaremos más en llegar a su lado.

Maniobra de aproximación al MOB de vuelta de ocho

Como ya explicamos en esta entrada lo primero en caso de MOB es designar a un tripulante para que no lo pierda de vista y lanzar algún objeto flotante al MOB. Si disponemos de ello, rápidamente hay que pulsar el botón de MOB que tienen la mayor parte de los sistemas de navegación actuales. Estos pasos serán comunes a todas las maniobras MOB.

En la vuelta de ocho, de forma automática a la caída del MOB hay que poner el barco a rumbo de través y navegar 3 ó 4 esloras, para posteriormente comenzar a orzar y hacer una virada por avante.

Posteriormente arribaremos hasta situarnos a sotavento del MOB y orzaremos para hacer una aproximación a velocidad controlada a rumbo descuartelar y tratar de recoger el MOB por la banda de sotavento, que estará más próxima al agua por la escora.

Vuelta rápida

Esta maniobra tiene unas cuantas variantes, en inglés la veremos referenciada como “quick stop” o “quick turn”. Básicamente la maniobra da una vuelta en torno al MOB virando primero por avante y trasluchando posteriormente. En la virada se mantiene al vela de proa cazada en la misma banda que traíamos, quedando tras la virada cazada a la contra o “acuartelada”. La escota de la mayor tampoco se toca en la trasluchada. Cuando nos aproximamos desde sotavento al MOB, algunas variantes recomiendan arriar la vela de proa (ya que con la mayor somos capaces de ceñir).

Maniobra de aproximación al MOB de vuelta rápida

Si hemos lanzado un aro salvavidas unido a un cabo (que se denomina rabiza) podemos incluso dar otra vuelta completa, esta más próxima al MOB para permitir que se pueda sujetar al aro y facilitar la recuperación.

Maniobra de aproximación al MOB de vuelta rápida con aro salvavidas con rabiza

Ciertamente es una maniobra muy intuitiva, que se puede ejecutar con tripulaciones reducidas. Con vientos duros, personalmente me ha resultado difícil mantener la mayor cazada a la vía en el rumbo de través sin sufrir una escorada excesiva que puede poner en riesgo a otros tripulantes.

Poner el barco a la capa

Hay partidarios de intentar reducir al máximo la arrancada de la embarcación para permitir que el MOB se aproxime nadando hasta la embarcación. Aunque puede parecer una alternativa tentadora, es realmente complicado detener una embarcación a vela. La maniobra de capa, que consiste en acuartelar la vela de proa, largar la mayor y empujar la caña a sotavento, reducirá la velocidad de la embarcación, pero no por debajo de 1 ó 2 nudos, siendo imposible para el MOB alcanzar a nado la embarcación salvo que esta se acerque a él por pura casualidad.

Sin embargo, es un buen recurso para enseñar a tripulación sin demasiada experiencia, y que es muy útil cuando el MOB es el patrón.

Maniobra de aproximación al MOB de barco a la capa y motor (ver apartado siguiente)
Uso del motor

Si el motor es suficientemente potente como para permitirnos gobernar con las condiciones de viento y mar reinantes, probablemente es la mejor solución. Arrancar inmediatamente el motor, recoger o arriar génova y mayor sin alejarnos demasiado y volver a por el MOB. Siempre hay que tener cuidado de no tener una marcha engranada cuando estamos al lado del MOB. No es recomendable el uso de aros u otros objetos flotantes con rabiza si optamos por la opción del motor ya que si enredamos la hélice habremos complicado la situación.

En cualquiera de las situaciones descritas, una vez al lado del MOB comprobaremos que izarlo a bordo no es un tema menor. Hay que tener en cuenta que además del peso del MOB hay que añadir toda la ropa que lleva y el agua que esta haya podido absorber. Será muy difícil subirlo a bordo “a pulso”, tirando únicamente de brazos. Es un tema que por su extensión e interés merece una entrada independiente.

Conclusiones

Pasado el momento inicial de desconcierto que sucede a un MOB, una vez organizados los roles de los tripulantes, nos toca como patrones decidir cuál es la mejor maniobra para aproximarnos al MOB a una velocidad controlada para poder recuperarlo.

No hay recetas milagrosas. Tendremos que tener en cuenta el estado de viento y mar, nivel y número de la tripulación, y características de la embarcación.

Nos ayudará mucho conocer y haber entrenado (frecuentemente) un puñado de maniobras. Es conveniente que si al segundo intento no somos capaces de recuperar al MOB, emitamos un MAYDAY.