De ahogamiento. No de olas monstruosas, ni de buques mercantes que parten en dos nuestro velero, ni de embarcaciones que se hunden en el medio del Océano. La literatura que necesita captar atención a veces nos hace olvidar lo evidente: no somos peces, no podemos respirar debajo del agua.
En otra entrada proponía un modelo de gestión de riesgos que nos permitía enfocarnos en aquellos que más nos podían afectar en función de nuestro perfil de navegaciones. Pero ¿y si estamos equivocados a la hora de juzgar los riesgos que nos acechan? O dicho de otro modo, ¿estamos considerando en nuestro análisis los riesgos más relevantes?
Estadísticas de accidentes en la mar
Todos los veranos oímos o leemos sobre accidentes ocurridos en la náutica de recreo. Incendios, explosiones, varadas, colisiones entre embarcaciones y un largo etcétera. Como se suele decir, el diablo se esconde en los detalles. Y se hace necesario un análisis más profundo de las estadísticas de accidentes para poder obtener conclusiones.
Por suerte, los organismos que publican hoy en día esta información son múltiples. Las diferentes sociedades de salvamento marítimo de muchos países ofrecen en sus páginas web multitud de estadísticas de accidentes que nos van a ayudar a arrojar luz sobre este asunto.
No es objeto de esta entrada realizar un complejo análisis estadístico. Requeriría entre otros aspectos eliminar de los datos aquellos factores que pudieran constituir sesgos que afectaran a las conclusiones. Tampoco quiero aburrir a los lectores con cuestiones demasiado técnicas.
Es cierto que dependiendo de la región bajo análisis hay una variación relevante en el número total de accidentes por embarcación matriculada. Hay regiones donde se duplican los porcentajes de accidentes por embarcación matriculada. Pero tanto las causas que provocan los accidentes como los accidentes en sí mismos se repiten en la náutica de recreo de unos países a otros. Y esto último es lo que nos interesa para asegurarnos de que no estamos obviando ningún riesgo relevante.
Por si alguien se ha quedado con la curiosidad. Las diferencias en el número de accidentes de unas regiones a otras guardan una relación directa con las características de las aguas en las que se navega. Mares fríos o con aguas habitualmente revueltas presentan menos accidentes por embarcación matriculada en la zona. Es muy humano. Si un error nos va a penalizar mucho, tendemos a ser más conscientes de las consecuencias de un posible accidente.
Por todo lo comentado anteriormente, haré un análisis de una única fuente. La fuente que he elegido es la proporcionada por la Guardia Costera de los Estados Unidos, USCG (año 2016) por varios motivos:
- Es muy detallada
- La muestra, en este caso número de embarcaciones matriculadas, es muy elevada
- Representa aguas de todo tipo de complejidad desde el punto de vista de la navegación
Adjunto el enlace al informe completo por si alguien tiene interés, o quiere profundizar más en alguna cuestión. Está escrito en inglés, pero se entiende bastante bien porque el contenido del informe son básicamente tablas resumiendo la información.
Principales conclusiones del análisis
Es relevante diferenciar las estadísticas de los accidentes que causan victimas mortales de los que no (tabla 1). También es muy interesante entender los factores que contribuyen a los accidentes (tabla 2)

Tabla 1. Tipos de accidentes ordenados por frecuencia de aparición

Tabla 2. Factores que contribuyen a la ocurrencia de accidentes ordenados por frecuencia de aparición.
Pero vayamos desgranando la información de ambas tablas.
- Accidentes con víctimas mortales
Los 4 tipos de accidentes mortales más frecuentes conducen a la muerte por ahogamiento. Hay una concentración importante en esloras menores de 26 pies, y en concreto en esloras menores de 16 pies, donde el vuelco es más probable. No sorprende el MOB (hombre al agua) en segundo lugar, que por su complejidad merece una entrada aparte. Un elevado número de las víctimas mortales no llevaban puesto el chaleco en el momento del accidente.
Sin embargo, llaman la atención (o al menos a mí) los 2 siguientes. La inundación de compartimentos está relacionada fundamentalmente con las colisiones que provocan una inundación parcial de la embarcación. Las personas que se encontraban en esos compartimentos no pudieron salir de la embarcación.
El 4º tipo, alejarse voluntariamente de la embarcación, guarda relación con abandonos prematuros de embarcaciones parcialmente inundadas. O incluso hechos tan absurdos como varadas en las que algún tripulante se lanza al agua para facilitar la maniobra de volver a aguas profundas y es arrastrado por la corriente o las olas. O tripulantes que se sumergen sin ningún tipo de cabo de seguridad para desbloquear una hélice y también son empujados por la corriente.
- Accidentes sin víctimas mortales
Destacan las colisiones, que como veremos después son debidas fundamentalmente a la falta de atención. Y por tanto fácilmente evitables. Las vías de agua, en muchos casos por un mantenimiento defectuoso de los grifos de fondo, y las varadas completan el listado de accidentes sin víctimas
- Factores que contribuyen al número de accidentes
La falta de atención es el principal factor que favorece la ocurrencia de accidentes. El patrón debe conocer en todo momento su posición. Y tener identificado rumbo y posición de las embarcaciones que le rodean. Es fácil relajarse los días de buen tiempo, y es normalmente cuando más gente sale a navegar por lo que los riesgos de colisión son mayores.
La experiencia del patrón influye directamente en las probabilidades de sufrir un accidente. Debemos ser conscientes de nuestras limitaciones, y adecuar los planes de navegación a nuestra experiencia. Por último, la velocidad excesiva en las embarcaciones a motor es la causa de muchos accidentes.
- Factores que contribuyen a que haya víctimas mortales
El alcohol es el factor de mayor impacto. No hay que subestimar el efecto del alcohol a la hora de manejar una embarcación. El patrón debería abstenerse de consumir alcohol si tiene que hacerse cargo de una embarcación. Y por supuesto no consumir alcohol durante las travesías.
Navegar en aguas consideradas peligrosas es habitualmente un error que sucede o bien por desconocimiento de la zona, o por no ser realistas en cuanto a nuestra experiencia y capacidades. Finalmente, la carencia de experiencia y/o falta de atención del patrón aparecen como factores relevantes que ocasionan accidentes con víctimas mortales.
¿Qué relación hay con la matriz de riesgos?
Los tipos de accidentes que se producen con más frecuencia, como hemos comentado anteriormente, son básicamente los mismos con independencia de las regiones geográficas. Podríamos decir que son inherentes a la práctica de la navegación de recreo. Por tanto, nos podrían suceder a nosotros, y nuestro objetivo desde el punto de vista de la seguridad debe ser prevenirlos para reducir su probabilidad o minimizar su impacto si nos suceden. En cuanto a los factores que contribuyen a los accidentes, el objetivo debería ser eliminarlos completamente.
Trasladando el contenido de la tabla 1 de accidentes a la matriz de riesgo nos podría quedar algo así.

Fig.1 Elaboración de la matriz de riesgos
Quedaría únicamente trabajar la matriz como hicimos en el ejemplo de la entrada donde definí el modelo de gestión de riesgos, bien para reducir la probabilidad de ocurrencia de los accidentes, bien para minimizar el impacto si llegan a suceder. Esto hay que hacerlo de forma sistemática, describiendo con detalle las acciones que vamos a tomar.

Tabla 3. Reducción de la probabilidad y/o impacto de los accidentes frecuentes

Tabla 4. Eliminación de los factores que contribuyen a los accidentes
Para finalizar y a modo de resumen, reiteraré la idea de que una buena priorización que nos ayude a enfocar el trabajo de prevención es la clave para navegar de forma segura. Hay infinidad de variables que no controlamos cuando salimos a navegar, pero no debemos perder de vista cuáles son nuestros principales enemigos. El ahogamiento es uno de los peores. Pero por suerte, no es difícil de evitar.
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