La navegación en solitario exige simplicidad. El aparejo de junco presenta una serie de características que lo hacen el favorito de algunos navegantes solitarios en pequeñas y medianas esloras.

En entradas anteriores (aquí y aquí) trataba el caso de la rotura de un obenque, y el enorme problema que supone para la navegación de altura. ¿No sería entonces ideal un sistema de jarcia que no requiriera el uso de los obenques? Ese aparejo existe desde hace miles de años, y uno de sus exponentes es el aparejo de junco. Pero como sucede con cualquier sistema, no existe la perfección: hay que adoptar compromisos. A lo largo de esta entrada introduciré este tipo de aparejo y analizaré las ventajas que presenta para un programa de navegación muy concreto: la navegación de altura en solitario con embarcaciones de pequeña o mediana eslora.

Un poco de historia

El origen de este tipo de aparejo no se puede datar con exactitud. Si bien es cierto que está muy asociado al comercio marítimo chino, su origen parece encontrarse en comunidades del Pacífico como Melanesia, Micronesia, Polinesia e incluso zonas más próximas a la actual China como Taiwan.

Lo cierto es que su gran época dorara estuvo relacionada con el comercio chino, marítimo, pero también fluvial. El tipo de casco de los barcos estaba adaptado a las aguas que surcaban, observándose muchas variaciones. Lo mismo ocurría con la configuración del aparejo, con uno o varios mástiles, y diferentes tamaños de las velas.

Juncos Indo-chinos
Juncos Indo-chinos

Los juncos chinos llegaron a dominar el mar allá por el año 1.400 DC. Este tipo de aparejo representaba ventajas respecto a los que se usaban en Occidente. Eran barcos con poco calado, lo que les permitía navegar en aguas poco profundas. Pero al mismo tiempo eran capaces de ceñir más al viento que los aparejos europeos de la época.

El fin del dominio de este tipo de embarcaciones se produjo a partir del año 1.500 DC, por una decisión del gobierno chino. Mandó destruir gran parte de su flota, o simplemente la vendió. Esto supuso que se perdiera gran parte del conocimiento técnico atesorado por los artesanos que se dedicaban a la construcción de este tipo de embarcaciones.

Pero este hecho no hizo desaparecer este tipo de embarcaciones. El aparejo de junco ha despertado desde hace siglos una gran admiración en occidente. Ha sido objeto de estudio y adaptación a embarcaciones con líneas que difieren mucho de empleadas originalmente en el sudeste asiático. Aunque en minoría, a día de hoy podemos ver embarcaciones de recreo surcando los mares más meridionales o septentrionales empujadas por el aparejo de junco.

Si alguien quiere aprender de verdad sobre la historia de este tipo de embarcaciones, os recomiendo esta entrada del grandísimo navegante argentino Hernán Álvarez Forn, más conocido en el gremio por su apodo, Hormiga Negra.

Descripción del aparejo tipo junco

Existen muchas variantes de este tipo de aparejo, pero todos ellos comparten una serie de características comunes. De forma resumida, se puede decir que este aparejo es el resultado de la descomposición de una gran superficie vélica en secciones menores que constituyen velas en si mismas. No deja de ser una estrategia de simplificación utilizada en una época en la que la tecnología de materiales era muy básica: tejidos, cabos y maderas más o menos ligeras, siendo el bambú su principal exponente por su ligereza y flexibilidad acompañada de resistencia.

El aparejo está enmarcado por dos vergas. La de la parte inferior constituyendo una botavara, y la superior, el pico. Y entre medias, un número variable de bambúes que separan las secciones de vela independientes.

Un sistema de escota en pata de gallo permite orientar la vela al viento. Y unos garruchos junto con una driza permiten el izado y el arriado de la vela. Como ya anticipé al principio de la entrada, el palo atraviesa la cubierta de la embarcación y no requiere de obenques. La vela quedaría recogida una vez arriada por un amantillo a modo de «lazy-bag».

El aparejo lo podemos complicar tanto como queramos. Pero con los elementos descritos, ya se puede navegar. En la siguiente imagen se pueden observar bien los diferentes elementos de una vela de junco. La nomenclatura está en inglés, pero lo interesante es la ilustración. Se aprecia muy bien el detalle.

Partes de la vela de junco
Partes de la vela de junco (Michael Kasten Marine Design)

Aunque la tecnología ha avanzado mucho desde la aparición de este aparejo, su esencia sigue presente a día de hoy en algunas embarcaciones de recreo. El bambú y los cabos de cáñamo, sisal o yute han sido reemplazados por el carbono o las fibras de ultra alta resistencia. Pero la belleza y la elegancia de este tipo de aparejo permanece intacta.

Maniobra y rendimiento del aparejo tipo junco

Pero vayamos al meollo de la cuestión. Aparte del interés que representa cualquier tipo de aparejo para los aficionados a la navegación a vela, ¿qué puede aportar a día de hoy el aparejo de junco en la náutica de recreo? Para responder a esta pregunta, voy a analizar primero 2 aspectos importantes siempre que nos enfrentemos a la evaluación de cualquier tipo de aparejo: facilidad de uso y rendimiento.

  • Facilidad de uso

A diferencia del aparejo bermuda o marconi, que es el más habitual en la actualidad en la náutica de recreo, el aparejo de junco no está acompañado por un foque. Si bien es cierto que podemos encontrar aparejos de junco de más de un palo, es perfectamente factible navegar con un aparejo compuesto por un palo y una única vela (recordemos la clase Optimist o Láser, sin ir más lejos). El manejo de una vela única ya es de por sí una simplificación importante para el navegante. Si bien es cierto que el aparejo de junco es un aparejo pesado, todo es cuestión de desmultiplicar usando poleas.

Adicionalmente, la trasluchada de esta vela es más suave que la de su homóloga bermudiana. Esto es debido a que una parte de su superficie se encuentra a proa del palo. El viento, en la virada por redondo, va a empujar esta parte de la vela provocando una fuerza que se opone al paso brusco de la botavara a la banda contraria. El funcionamiento es similar al de los timones compensados.

La maniobra de reducción de superficie vélica es también uno de sus puntos fuertes. La vela se sujeta al palo por una serie de garruchos, que no dejan de ser cabos que rodean al palo. Para reducir la vela basta con dejarla caer, y por su propio peso irá plegándose como un acordeón, ofreciendo al viento el número de paneles que necesitemos en función de su intensidad.

  • Rendimiento

Si comparamos las polares de una embarcación con aparejo tipo junto y otra similar con aparejo bermuda observaremos casi de inmediato que el aparejo bermuda es capaz de navegar con menos grados respecto al viento, o lo que es sinónimo de ceñir más. Esto es así y no admite discusión alguna. Una comparativa bastante exhaustiva del rendimiento de diferentes tipos de aparejos se puede encontrar aquí.

Sin embargo, a medida que aumenta el ángulo de la proa respecto al viento y las velas dejan de funcionar principalmente por el efecto de sustentación y comienzan a hacerlo por el efecto de empuje, el aparejo de junco empieza a brillar. Es una cuestión de pura matemática. En vientos portantes lo que cuenta son los metros cuadrados de superficie. Mientras que en el aparejo bermuda las velas se empiezan a hacer sombra, la vela de junco expone toda su superficie. Para igualar o superar los metros cuadrados del aparejo de junco, tendríamos que izar velas tipo gennaker o spinnaker en un aparejo bermuda, con la consiguiente complicación de la maniobra.

Aparejo tipo junco para la navegación de altura en solitario

Ya estamos en disposición de contestar a la cuestión de la que es objeto el artículo. ¿Es interesante el aparejo de junco para la navegación de altura en solitario con embarcaciones de pequeña o mediana eslora?

Un programa de navegación de altura tiene muchos requisitos. Pero quizá lo más importante es la robustez del equipamiento. No nos podemos permitir fallos porque será difícil llevar a cabo reparaciones, y tampoco tendremos cerca un puerto donde detenernos. Si además le añadimos la componente de navegación en solitario, el siguiente requisito imprescindible es la sencillez: sólo vamos a tener 2 manos a bordo.

El aparejo tipo junco cumple estos 2 requisitos. Es robusto, y su diseño está probado desde hace siglos. Si falla un panel, es independiente del resto. Al mismo tiempo es un aparejo sencillo de virar y trasluchar en solitario, así como de reducir trapo si es necesario.

Catamarán con jarcia de junco
Catamarán con jarcia de junco

¿Es asumible la pérdida de rendimiento en ceñida? El navegante de largas distancias deberá reflexionar sobre los vientos dominantes de su travesía. Es habitual la navegación en rumbos portantes, aprovechando por ejemplo los alisios de norte o del sur. En esos casos sí puede compensar este tipo de jarcia. Si hablamos sin embargo de remontar estos vientos, quizá sea más sensato favorecer el rendimiento en ceñida de los aparejos tipo bermuda o marconi.

Conclusiones

Es una suerte que la navegación a vela se lleve produciendo desde hace miles de años. Nos brinda la posibilidad de conocer y usar diferentes tipos de aparejo que han sido probados durante infinidad de millas. El aparejo de junco es uno de ellos.

Quizá lo más sorprendente de este aparejo es que las limitaciones que dominaron en el tiempo de su diseño hayan dado lugar a una solución que a día de hoy todavía es muy adecuada para ciertos programas de navegación.

Si a alguien le interesa este tipo de jarcia, le aconsejo visitar la página de «The Junk Rig Association«. Está en inglés, pero dispone de mucha información no sólo para el entendimiento de este tipo de aparejo, sino también de apoyo para su elaboración.